Presentación


 

• Historia

El Instituto de Misioneras Seculares (IMS) fundado en Vitoria el año 1939, está presente en Salamanca desde 1947.

La Casa de Espiritualidad, Nuestra Señora de la Vega, se inauguró en Julio de 1955 con la preocupación de ofrecer un espacio de oración, de encuentro, de evangelización y de actualización en la fe.

Las actividades realizadas en ella se han ido adaptando, durante estos más de 60 años de historia, a las necesidades descubiertas y sentidas por la Comunidad IMS, estando a la escucha de las propuestas pastorales de la Iglesia local y de las demandas de personas, grupos y comunidades: Ejercicios Espirituales, Animación Pastoral, grupos de Fortalecimiento de la Fe, Cursillos, etc. Con un estilo propio abierto y adaptado a la realidad de cada momento.

En 1968, junto a la Casa de Espiritualidad, con el fin de responder a una necesidad descubierta entonces en Salamanca, se puso en marcha la Residencia Universitaria Blanquerna, que permaneció en funcionamiento hasta 1999.

• El IMS hoy

A partir del Concilio Vaticano II, esta Casa de Espiritualidad es la única obra propia que posee el IMS. Desde entonces, cada una de las personas que pertenecemos al Instituto vivimos nuestra Misión específica, trabajando y comprometidas en distintos ambientes y realidades.

Desde esta Casa, siendo solidarias con el dolor del mundo, queremos responder a las necesidades actuales de la sociedad y de la Iglesia, colaborando con nuestro trabajo y profundización -junto a otras personas, grupos y comunidades- en la construcción de otro mundo más justo, fraterno y en paz.

• Presentación

La Casa de Espiritualidad "Nuestra Señora de la Vega" es un lugar situado en un entorno privilegiado, donde disfrutar de la naturaleza en plena ciudad de Salamanca.

Es un espacio para:

     - El Encuentro:

         - Con nosotros mismos y con nuestra realidad vital.
         - Con Dios Padre que tiene entrañas de Madre.
         - Con la realidad humana y social, desde la mirada de Jesús.
         - Con otras personas en búsqueda de alternativas más humanas y humanizadoras.

     - Descansar:

         - Renovando, de modo integral y gozosamente nuestra propia identidad.
         - Disfrutando de la naturaleza.

     - Formarnos para:

         - Mirar con ojos nuevos la realidad social, cultural, política y eclesial.
         - Hacer lectura creyente de la realidad.
         - Proyectar el futuro con realismo.
         - Vivir conscientes y esperanzados.

     - Revisar y Proyectar:

         - Cómo construir entre todos una sociedad y una Iglesia servidora de los "descartados".
         - Programar el "trabajo cotidiano" concreto y los medios a emplear.

     - Celebrar:

         - La vida y la fe.